NEURODESAFÍOS DEL SIGLO XXI: EL SÍNDROME DE FoMO
Desde fines del siglo pasado y, cada vez con mayor velocidad, la tecnología impone cambios que impactan en nuestro modo de vida casi sin que tomemos consciencia de ellos. Llegan, se imponen y nos modifican continuamente. Así, generan beneficios y posibilidades nuevas que nos ayudan a mejorar la calidad de vida. Pero, a su vez, exigen de nosotros un estado de alerta si es que queremos mantener nuestro equilibrio físico, mental y espiritual.
Esto se debe a que el cerebro humano presenta lo que los científicos denominan un "retraso genómico" para dar lugar a la idea de que la evolución no ha seguido los pasos acelerados que se aprecian en el entorno tecnológico. Esta velocidad con que el mundo cultural artificial invade nuestras vidas, no nos da tiempo a generar las adaptaciones necesarias, ocasionando numerosos trastornos psíquicos, físicos y emocionales. Nuestros genes fueron seleccionados para adaptarnos a un entorno que ya no existe.
El síndrome de FoMO se ubica entre los trastornos que han aparecido como consecuencia del entorno tecnológico al que estamos expuestos. Una patología que se está extendiendo rápidamente, sobre todo en adolescentes y jóvenes entre12 y 19 años de edad, aunque no podemos decir que los adultos estén libres de ella.
Este neologismo -propuesto por Dan Herman y que se traduce como el "miedo a perderse algo", o el "temor a dejar pasar"-, hace referencia a la sensación de malestar, que a su vez genera miedo, ansiedad, angustia o depresión en individuos que utilizan las redes sociales en forma compulsiva. Así, estas personas que se encuentran siempre conectadas, son guiadas por pensamientos irracionales y obsesivos que hacen que se sientan mal si perciben que otros podrían estar viviendo experiencias más gratificantes que las propias, o bien situaciones en las que está ausente, es decir, "se las está perdiendo". Es un tipo de ansiedad por miedo a la exclusión social que está generando altos niveles de frustración.
Las redes sociales dan la posibilidad de recibir al instante una cantidad abundante de información, imágenes, mensajes, publicidades... Es cierto que facilitan el contacto entre las personas, acortando las distancias. Sin embargo, el abuso en su empleo da lugar a trastornos con diversa intensidad. Hacia los inicios de este siglo, muchos investigadores han documentado una creciente compulsión patológica de cada vez más usuarios por estar ansiosamente conectados a Internet, siempre pendientes de lo que se publica allí.Causas
👉 Autoestima baja: sentimiento de inferioridad.
👉 Falta de empatía.
👉 Sentimientos de soledad.
👉 La sensación de que la vida personal es menos interesante que la de los demás.
👉 Distorsión de la realidad, entrando en el engañoso juego de la imaginación, las suposiciones e interpretaciones.
👉 Abuso en el empleo de redes sociales digitales.
ConsecuenciasEntre las consecuencias inmediatas, se detectan:
👉 Deterioro de las relaciones afectivas entre compañeros, amigos, familiares...
👉 Alteración en los patrones de sueño.
👉 Aislamiento social, perdiendo interés por los sucesos reales que suceden a su alrededor.
👉 Agresividad en el trato con las personas de su entorno, especialmente ante situaciones que le exigen dejar el dispositivo por un tiempo.
👉 Procrastinación.
👉 Desadaptación por malestar psicológico: sentimientos de ira, frustración, tristeza, melancolía, soledad
👉 Deterioro del pensamiento crítico: este fenómeno se basa en el autoengaño tanto del emisor como del receptor.
¿Qué hacer?
👉 Lo primero que necesitas es tomar conciencia y poner en juego tu voluntad para reducir al mínimo el tiempo de uso de redes.
👉 Busca otras actividades gratificantes, ya que se trata de un trastorno que puede generar adicciones. Por lo tanto, requerirás compensar de otro modo esa activación de vías cerebrales dopaminérgicas. Una buena idea es hacer actividad física o arte con otras personas. Ayudarás a tus pensamientos a tomar otro rumbo. También, ayudar a otros genera elevados niveles de placer y satisfacción.
👉 Sé positivamente crítico: distingue entre el mundo real y el mundo virtual. Generalmente difieren mucho uno y otro. La gente mayormente no publica sus fracasos...
👉 Cultiva tu autoestima. Conecta con tus talentos. Desarrolla tu potencial.
👉 En caso de no poder gestionar solo la situación, busca ayuda profesional.
María José Sánchez - Neuropedagoga
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