UNO, DOS, TRES... ¡FÚTBOL!

Hoy inicia un nuevo campeonato mundial de fútbol, un deporte que cuenta con millones de seguidores, personas que acompañan el proceso con una pasión profunda; al punto de experimentar toda clase de emociones.


Entre la variedad de comportamientos que se derivan de este acontecimiento, hay quienes lo encauzan positivamente en un clima distendido, de fiesta, de encuentro. Este modo de experimentarlo proporciona una sensación de alegría y bienestar, activando las vías cerebrales dopaminérgicas. La dopamina es un neurotransmisor de gran relevancia para la supervivencia, que participa en la regulación conductual al permitirnos percibir el placer -de hecho, suele ser denominada como "el químico del placer"-, influye en las emociones y la personalidad, permitiendo la memoria, la creatividad, siendo fundamental al momento de regular la conducta para el logro de los objetivos.

Por otra parte la sobre implicación negativa con el evento deportivo, la falta de control inhibitorio o la pobreza en la autogestión emocional puede redundar en perjuicios para la salud física y mental de las personas ocasionando ataques cardíacos, insomnio, ansiedad, disminución del rendimiento, reacciones emocionales desmedidas, agresiones verbales, violencia física. El intenso estrés prolongado en el tiempo da lugar a una serie de alteraciones fisiológicas, como la hipersecreción de cortisol que se ocupa de poner al organismo en alerta bloqueando aquellas funciones que no son básicas para la supervivencia, a la vez que envía señales para la producción de adrenalina provocando un incremento de la presión sanguínea, como de la frecuencia cardíaca.

Mayormente, simpatizar con un equipo de fútbol responde a una necesidad de identidad, de hallar el sentido de pertenencia, sumado a que esta pasión suele transmitirse de padres a hijos con experiencias que, desde la infancia, dejan huellas emocionales significativas. Interviene sin dudas el elemento social que posibilita crear y fortalecer lazos con las personas que lo disfrutan (o lo sufren) juntas, compartir este tiempo de ocio con familiares, amigos o incluso desconocidos. Los llamados "químicos de la alegría" - las endorfinas-, que se ocupan del aumento del bienestar emocional y ayudando a reducir el dolor, son los grandes invitados a esta fiesta.

El fútbol es una oportunidad para que florezca el sentimiento de emoción colectiva y eso permite integrarse. Quienes aprecian este deporte tienden a ver las contiendas en grupos, estableciendo intercambios de opiniones y, por lo general, los encuentros deportivos redundan en reuniones y camaradería. Las personas que acuden solas a los estadios, generalmente conversan con los hinchas que se hallan más próximos. Esto ocurre porque la situación provoca la estimulación de las neuronas espejo, que controlan la empatía y la identificación emocional con las demás personas. De este modo, se producen conductas en masa, como alentar con los clásicos cánticos de las hinchadas, o reclamar ante una injusticia, aunque no la haya visto directamente, uniéndose al reclamo colectivo. Muchas conductas violentas, a su vez, se contagian de la misma manera a partir de la frustración o la ira que puede ocasionar el desempeño del equipo con el que se identifican los aficionados.

Existe una línea muy sutil entre disfrutar del partido de fútbol o convertirlo en una fuente de estrés y negatividad. Hay quienes tienden a descontrolarse y enfadarse, transmitiendo esos comportamientos a los niños que los absorben y luego los reproducen con naturalidad; o desencadenando una violencia generalizada que puede acabar en serios disturbios.

Ahora que está a punto de iniciar un nuevo campeonato mundial, repasemos los beneficios psicológicos de simpatizar con este deporte y dispongámonos a disfrutarlo de la mejor manera.

👉 Promueve la unidad entre las personas, al identificarse con un equipo, con un objetivo, y con los sentimientos compartidos ante la victoria o la derrota.

👉 Se asocia con la alegría. Aún cuando muchas veces los resultados no son los deseados, este deporte se vincula mayormente con la sensación de alegría.

👉 Permite desconectar, distenderse de las preocupaciones de la vida diaria.

👉 Ejerce un efecto terapéutico: invita a unirse a un sueño, genera nuevas ilusiones, ofrece un espacio de contención socioemocional.

👉Favorece la expresión emocional en un ambiente en que nos sentimos más libres y contenidos: alegría, frustración, desconsuelo, euforia, ansiedad...

👉 Si eres de los no aficionados al fútbol, tendrás tiempo para ti, para tu uso personal mientras los demás estén ocupados con el partido.


María José Sánchez - Neuropedagoga


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