INDEFENSIÓN APRENDIDA Y AUTOESTIMA
Para iniciar este artículo, comparto este conocido cuento de Jorge Bucay, ya que resulta muy ilustrativo de la situación que se expone. EL ELEFANTE ENCADENADO , cuento de Jorge Bucay Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales... Pero, después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a la pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría librarse con facilidad de la estaca y huir. El mi